Sobre mi

       Nací en Alicante, y aunque siempre estaré enamorada de mi tierra natal,  siento Madrid  como mi segundo hogar donde vivo desde hace unos años. Comencé en la danza clásica con 6 años en el colegio. Recuerdo como si fuera ayer el momento de ponerme las medias y el maillot antes de empezar la clase. Era una sensación para mi casi indescriptible; nervios, ilusión, energía, pasión.... Esta sensación por suerte sigue acompañándome en cada clase, cada actuación, cada momento dedicado a la danza.

        De adolescente mis gustos por el arte giraron más en torno al estudio formal de la música. Estudié solfeo y guitarra clásica durante cinco años, aprendizaje que agradezco profundamente porque me ha ayudado a abrir mi mente y mis oídos a las sutilezas de la música, a su entendimiento y ejecución. Gracias a mis maestros, en especial a Elia y a Clavel, cuyas lecciones todavía siguen volviendo a mi memoria.

       
Unos pocos años después, la danza oriental entró en mi vida. Una cultura, una música y unos movimientos que me cautivaron desde el primer momento. Recuerdo a mi primera profesora, Narjess Montasser, una gran bailarina tunecina, que me inculcó la importancia del entendimiento de los ritmos árabes para bailar. Poco después quise empaparme lo más posible de este arte, así que comencé a tomar clases con diferentes profesoras y masterclasses con importantes maestros y maestras de renombre. Todos ellos me han aportado lecciones muy valiosas y diferentes, ayudándome a sentir con el corazón abierto cada matiz de la danza oriental. Momentos muy bellos y absolutamente esclarecedores fueron los vividos con Aziza, Munique Neith, Samara Hayat, Nesma y Ana Saeeda, con la que tuve la oportunidad de realizar su formación profesional y formar parte de su compañía "Saeeda Dance Group" durante más de 2 años. Otros maestros han formado parte de mi camino en la danza oriental y desde aquí también les mando mi afecto y gratitud.

                Paralelamente a mi formación como bailarina oriental, realicé el curso de instructora de yoga por la Escuela Internacional en Madrid. Experiencia única y maravillosa que me ha permitido dedicarme también al yoga y que me ha aportado lo que necesitaba a nivel físico y espiritual, además de poder permitirme una mayor comprensión del cuerpo humano y de su movimiento, aplicando  así las técnicas del yoga y la meditación también en mis clases de danza. Una unión que ahora considero casi imprescindible.

                 Hace unos pocos años comencé a sentir que necesitaba expandir mi danza, encontrar otras vías de expresión que me ayudaran a canalizar, a través de la danza y del trabajo corporal, mis emociones y mi particular visión de la vida. Es en ese momento cuando tomé contacto con otras danzas; con la bonita danza tahitiana, con la danza africana, bollywood... pero me enamoré locamente de la danza contemporánea. Es lo que mi cuerpo y mi corazón estaban buscando. Especial gratitud a Arnaldo Iasorli, Sonia Sampayo y Ana Arnaiz.

                  Durante un año (2016) formé parte de la compañía de danza "Iridiscente" como bailarina y co-coreógrafa, fusionando un espectáculo con danza contemporánea con toques de diferentes disciplinas, música, historia y poesía, llamado "ADN Código Ancestral".

                  Actualmente me dedico a impartir clases de yoga y danza en  Madrid. Me siento muy comprometida con la formación que imparto a mis alumnos, dando especial atención al buen aprendizaje de la técnia, así como también a que sientan la música y hagan de la danza algo propio y natural para su cuerpo.

                     "La danza es una fuente inagotable de energía, vitalidad y alegría presente en cada uno de nosotros. Es capaz de abrir nuestros corazones para sentir plenamente lo que en verdad somos" Cristabel







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